Cuando el periodismo se ve censurado, el caso de Lydia Cacho

El periodista es un garante de la democracia que vela por el respeto al derecho a la información y a la libertad de expresión. Cuando el derecho a la información se ve amenazado todos los derechos de la sociedad se ponen en peligro.

El 16 de diciembre del 2005 Lydia Cacho fue detenida. Los delitos por los cuales se le acusó fueron de difamación y calumnias, esto después de la publicación de su libro “Los Demonios del Edén”, en la cual denunció la existencia de una red de pederastia que implicaba a empresarios cercanos al entonces gobernador de Puebla, Mario Marín.

La periodista contó que fue torturada psicológicamente por los oficiales, quienes amenazaron con abusar sexualmente de ella. En su testimonio, la periodista mencionó que la encerraron en un calabozo y le tomaron fotos desnuda al lado de un cuarto lleno de policías con una mampara transparente de por medio.

El caso lleva más de 15 años sin hacer justicia, esto permite hablar sobre la situación en la que muchos periodistas suelen verse afectados, como menciona Lydia Cacho en una entrevista para Nueva Revista:

“El castigo (por decir la verdad) fue enorme en un país como México que la libertad de expresión siempre está bajo condena del poder político y, por supuesto, del poder corruptor de las mafias, fui secuestrada un año después de publicar el libro…”.

La impunidad de su caso afecta gravemente a nuestra profesión ya que favorece a la repetición de los delitos y las violaciones a derechos humanos que impacta negativamente en la labor de cualquier periodista que pueda verse amenazado o censurado por grupos de poder político y económico.